DE LOS ANTECEDENTES
Los antecedentes más remotos de Tuna los encontramos en la cultura goliárdica, fenómeno poético musical (encuadrado en la literatura latina del siglo XII), que nace en Francia en los focos culturales de Paris y Chartes. Ésta se extendió por Alemania, Italia, Inglaterra y toda Europa, ya que estos goliardos iban vagando de una ciudad a otra. Componían cantares, poemas y diálogos profanos, principalmente en latín, lengua en que se estudiaba y que los unía. Paralelamente en Francia en la edad de Oro (SS. XII e XIII) aparece la figura de trovador o poeta cortesano.
Los goliardos o clérigos vagantes eran estudiantes o profesores que frecuentemente tenían órdenes menores y andaban por las escuelas de Europa, de ciudad en ciudad, buscando a los mejores maestros y entregados a una vida disoluta por tabernas y burdeles, cantando las canciones que ellos mismos componían exaltando el vino, celebrando la belleza de alguna dama o criticando la prepotencia y corrupción del clero.
LA COYUNTURA
Como consecuencia de la profunda agitación intelectual que convulsiona a la sociedad europea del Siglo XIII, se fundan en España al amparo de la Escuelas Catedralicias los “Studium Generale” que vienen a ser Las “primeras Universidades” asi tenemos Palencia (1.184), Salamanca (1.218), Valladolid, Lérida, Santiago de Compostela, concibiendo una nueva casta o grupo profesional, que está conformado por los estudiantes.
El sentido corporativo de estos esstudiantes es muy fuerte y procede de la natural defensa de todo aquel que se encuentra apartado de su patria, es entonces que la propia “Universidad” se configura como una auténtica república de estudiantes y profesores. De ésta manera se va forjando una fuerte conciencia de grupo, el cual halla reflejo, en nuevas organizaciones, con ritos de iniciación no oficializados y con una jerarquía estructurada entre sus miembros, que constituirían la esencia de las más antiguas tradiciones estudiantiles.
Algunos de éstos estudiantes no conformes con el ya de por sí estamento privilegiado que les otorgaba el fuero estudiantil, sienten la necesidad de agruparse y deambular de un centro a otro en busca de los mejores maestros. Es fácil deducir que una parte de aquellos estudiantes universitarios, utilizaran la Música como "vehículo" de transporte, sustento y posada, a la vez que como instrumento con el que expandir sus inquietudes de juventud, de desenfreno y de burla, cuando no de irreverencia hacia la Iglesia, estamento del cual dependían.
A estos Estudios Generales y a los que sucesivamente se crearon, acudían jóvenes de toda condición y todo lugar llegando de ésta manera a la península Ibérica el espíritu goliárdico, no sólo como novedad cultural, sino como reflejo de vida andariega y bohemia de estos personajes, que de sus cantos jocosos y amorosos recibían unas monedas, vino, o alguna sopa caliente, marcando el primer enfrentamiento contra el orden social establecido en la Edad Media.
Dichos estudiantes tenían que sobrevivir y mantenerse en las ciudades universitarias y debían de hacerlo la mayoría con pocos recursos por lo que necesitaban de su picaresca, ingenio, habilidades y cualidades artísticas para conseguirlo, heredadas de juglares y trovadores de épocas anteriores y aprendidas de cómicos y artistas con los que normalmente compartían caminos y aventuras.
De esta manera surgen los “sopistas”, quienes se gestaron como la versión española del fenómeno conocido como Goliardos, y que como mencionamos, en la Edad media se había generalizado en toda Europa, representando la bohemia universitaria viviendo como juglares y trovadores. Estos sopistas vendrían a ser los predecesores de los actuales tunos.
Recibían el nombre de sopistas porque vivían de la sopa boba. Durante siglos, los estudiantes sin recursos acudieron a comer la sopa que se repartía en las porterías de los conventos, particularmente las del convento de los Capuchinos a las 12 horas del medio día, o mendigaron la comida ostiatim (de puerta en puerta), por este motivo fueron conocidos con el nombre de sopistas o sopones, términos que con el tiempo quedarían asociados a los tunos.
Los sopistas, ofrecían su música, simpatía y picardía recorriendo figones, conventos, calles y plazas a cambio de un plato de sopa y monedas que les ayudaban a costear sus estudios, y no escaseaban las situaciones e historias en donde los estudiantes haciendo uso de su ingenio, picardía, y muchas de la veces de sus malas artes, acababan en problemas con la justicia. Todo esto era debido a la época de escasez que se vivía y a su condición de estudiantes pobres y que se unían “en tuna ” o para “correr la tuna” y no de tunos porque no existía esta figura como tal.
Siempre iban provistos de cuchara y tenedor de madera, lo que les permitía comer en cualquier lugar donde se les presentaba la ocasión. Estos cubiertos de madera eran distintivo de los sopistas, siendo en la actualidad símbolo de todas las Tunas Universitarias.
Cuando anochecía y una vez sonaba la campana de queda o recogida, salían a rondar los balcones para enamorar a las féminas que pretendían.
Otras veces, y para burlarse de la justicia, los rondadores o tunantes encordelaban una calle, fingían gritos o pendencias, y cuando acudía el alguacil, éste caía de narices ante las risas de los estudiantes. De todas las formas, los más peligrosos conflictos tenían lugar entre los estudiantes y la justicia del corregidor. En ese mismo instante entraba en juego la defensa del fuero universitario. Los delitos cometidos por los estudiantes, cuando se limitaban al ámbito universitario, caían bajo la jurisdicción del maestrescuela o canónigo encargado de mantener el orden en la universidad. Los estudiantes tenían su propia cárcel, y unas grandes cadenas de hierro señalaban la frontera que la justicia del rey no podía franquear. Pues bien, al fuero estudiantil propiamente, los componentes de la tuna añadían el de su condición de tunantes, lo que les confería, si cabe, mayores ventajas.
REGISTROS
La primera referencia escrita a los sopistas data del año 1.300 y apareció en el "Liber constitutionem" de la Universidad de Lérida, donde se prohibía las rondas nocturnas de los escolares y se condenaba a los rondadores a la pérdida de los instrumentos, pues rompían el silencio y descanso de la ciudad.
En 1.348, Alfonso X "El Sabio", se refiere a los tunos como juglares en "El Código de las Siete Partidas", diciendo: "Esos escholares que troban y tañen instrumentos para haber mantenencia".
De la misma época es la obra "Razón de amor y denuestos del agua y el vino", cuyo autor se retrata en la introducción: "Un escolar la rimó, que siempre dueñas amó". Y en ella se alude a las cintas de amor que prenden sobre la capa del escolar, por una de las cuales una dama reconoce al protagonista en la oscuridad de la noche.
El nacimiento de la TUNA es paralelo, al de las propias universidades españolas, en donde dentro del ambiente medieval, cualquier manifestación de carácter sagrado, tenía su equivalencia en lo puramente mundanal o secular.
De esta forma, así como los clérigos entonaban canciones a la Virgen María, reina de los cielos, los caballeros enviaban juglares a los castillos de sus damas, los estudiantes hacían lo propio con las mujeres a quienes amaban y pretendían.
Estamos pues, ante la tradicional Ronda o Serenata, y con ello, dando salida a las primeras formaciones de carácter, más puramente tunantesco. Al mismo tiempo, las actuaciones en bodas y fiestas en general, eran muy bien aceptadas entre las gentes del medievo, tan necesitadas de compaginar esa dualidad mágica de orar y atender a la vez a los placeres mundanos. Este tipo de presentaciones o conciertos en bodas, es igualmente, otra de las más comunes actividades de la tuna, y en este caso como forma de sostenimiento principalmente.
LA VESTIMENTA
La vestimenta de los primeros tunos, no se diferenciaba de la de sus compañeros de Universidad, es decir, sotana y manteo negro, de aspecto muy sobrio y raído, siendo además que la Iglesia prohibía toda señal de lujo y ostentación, y que además, en el caso de los tunos, su apariencia de pobres, aunque en muchos casos no lo fueran, les garantizaba mejor la obtención de posada y pecunia.
Estos estudiantes se unían y organizaban en grupos para volver a sus lugares de procedencia en temporada de vacaciones de la forma que entendemos que es “correr la tuna”, actuando en pueblos por el camino a casa, acompañando arrieros, uniéndose a comparsas de cómicos, hasta que cada uno llegaba a su tierra.
TRASCENDENCIA
Fué en el siglo XVI cuando se formaron las tunas tal y como hoy las conocemos. Los sopistas se acogieron a la "Instrucción para bachilleres de pupilos" dictada en 1.538, norma que ofrecía vivienda a los estudiantes que no podían costearla. En ellas no podían mezclarse estudios diferentes y eran dirigidas por los estudiantes más antiguos, a los que se llamaba "bachilleres de pupilos". A partir de ese momento, comenzaron a cantar sin que en ello les fuera la supervivencia. Porque, entonces, los ya ex sopistas, en calidad de estudiantes veteranos, se hicieron servir como escuderos por los “bobos” o estudiantes nuevos, a los que supuestamente debían apoyar, según la norma, a cambio de legarles su gaya ciencia musical.
Estas casas eran, por sus características, habitadas mayoritariamente por sopistas, y nunca fueron ejemplo para el estudio serio, y así en el libro "La vida del Pícaro Guzmán de Alfarache" haciendo hincapié en el status de estudiante rico que así alcanzaron los otrora sopistas, encontramos:
". . . no querían ver libro, ni atender a lo que habían venido a la Universidad; jamás se les caían las guitarras de las manos, daban mucho entretenimiento, cantaban muy bueno sonetillos y siempre tenían de nuevos, y los sabían hacer muy bien y pasar el instrumento".
Así, los pupilos que querían formar parte de las camadas sopistas, se convertían en escuderos de estos a cambio de que les instruyeran en su arte, lo cual permitía a los sopistas llevar una vida similar a la de los estudiantes ricos. Los nuevos que esto decidían, debido a su inexperiencia, eran el centro de la broma en las correrías de sus maestros, pero una vez terminado el pupilaje, el nuevo era admitido como uno más, y así en el libro "Historia de la vida del Buscón" de Quevedo, se hace referencia a estas costumbres que todavía hoy perduran:
"Viva el compañero, y sea admitido en nuestra amistad; goce de las preeminencias de antiguo; pueda tener sarna, andar manchado y padecer el hambre que todos!".
Así, el bando de Juan de San Clemente, la más antigua de las disposiciones de la jurisdicción disciplinaria de los escolares, fechada 24 de febrero de 1594, inicia una información testifical de la que resultaría la confirmación de las "malas" costumbres que reinaban entre aquella suelta y briosa juventud, rondadora nocturna, devota de las guitarras a trashora, iniciada en los poemas y en los coqueteos que se podían prodigar con las mujeres del pueblo que vivian en las afueras, y nada renuente de las comparsas nocturnas, participando de las travesuras y de todas sus execrables acciones.
Constancia de ello queda en la primera referencia escrita que hay sobre las Tunas, que se encuentra en el archivo de la Universidad de Lérida, y en la que se prohibe a los estudiantes hacer rondas nocturnas bajo pena de confiscarles los instrumentos.
Durante este largo período de gestación, de todos estos hábitos y manifestaciones musicales realizados por estudiantes de se obtienen los elementos que concurren al nacimiento de la Tuna.
Desde que se planteó el nuevo plan de estudios de 1836 organizando de otro modo los Seminarios, Universidades é Institutos, y suprimidas las Universidades de Salamanca y Alcalá, que fueron tan célebres, no hay costumbre de ir los estudiantes en tuna, quedando sólo como recuerdo algunas comparsas de estudiantes que tocan y cantan jotas, y postulan por las calles durante el Carnaval; habiéndose abolido el uso del traje talar, ya estudiantil como externo ya interno ó de beca, en la Revolución de Setiembre de 1868.”
La eliminación de las antiguas y reconocidas universidades de Alcalá de Henares y Salamanca, la abolición de la obligación de uso de traje de talar o de estudiante, la mejora de las comunicaciones en la península con la llegada del tren que hacía más fácil los desplazamientos de los estudiantes, hizo posible que desapareciera esta tradición de unirse los estudiantes para “correr la tuna”, pero se mantuvo, gracias a las fiestas de Carnaval donde habían grupos y comparsas que se disfrazaban de estudiantes de época y cantaban sus canciones rememorando tiempos anteriores.
La Tuna, nace unida, en su primera concepción en un ambiente de carnaval en forma de comparsa universitaria. Así llegamos a comienzos de 1876, que se puede fijar como fecha del nacimiento de la Tuna, como colectivo de tunos organizado y estable, que luego quedaría sustancialmente inmutada, y que llegaría hasta nosotros.
Los grupos organizados por universidades y facultades o estudios universitarios, de la forma que lo concebimos actualmente, tienen su origen en los grupos que a finales del siglo XIX se formaron por ciudades para rememorar dichas actividades de correr la tuna. Estos grupos estaban mejor organizados, con una base mayormente musical y eliminando las costumbres que habían creado mala fama a dichas agrupaciones o estudiantes de décadas anteriores aunque respetando el sentido y la filosofía del estudiante bohemio, pícaro y galante.
El traje que se usa actualmente en la tuna es una derivación de los trajes que empezaron a usar estas agrupaciones de tunas del siglo XIX y principios del XX, de la forma que ellos entendían que podían vestir dichos estudiantes pero sin ser copia de los trajes estudiantiles que se usaban en la época anterior.
La Tuna, es un fenómeno cultural que parte de las señas de identidad de la propia Universidad Española, y que incluso, ha sido capaz de exportar a países como Holanda, (Eindhoven), Italia, Portugal y sobre todo a casi toda Hispanoamérica. Precisamente fruto del intercambio recíproco que supuso la creación de las primeras universidades en el Nuevo Continente, a partir de mitad del XVI, la composición musical de nuevos ritmos, formas e instrumentos.
Las tunas mantienen vivas las costumbres heredadas de los estudiantes españoles del siglo XIII.
Emilio de la Cruz y Aguilar en sus "Chrónicas de la Tuna",expresa : "A pesar del paso y cambio de los tiempos, los tunos siguen siendo viva credencial de la juventud de siempre, los mismos antiguos juglares y trovadores escolares que siguen en el mester, los entrañables y nocherniegos universitarios que, desde hace muchos siglos, sucediéndose a sí mismos, recorren rondando el mundo, cultivan los instrumentos populares y practican un género de música entroncada directamente con las albadas medievales o los cantos escolares pobres, testificando así este fenómeno cultural único . . . "
Por último, recordar a Jiménez Catalán y Sinués y Urbiola, historiadores de la Universidad de Zaragoza, cuando decían que: " de estas comparsas de tunos y sopistas salieron hombres que gobernaron a España y ocuparon puestos preeminentes en las letras, la política y el foro".
"La Tuna es el resultado de un proceso evolutivo en la forma de vida y en las costumbres de los estudiantes. Su origen se encuentra en la hambruna que durante siglos padeció este colectivo y en el ingenio empleado para paliarla........".
Editado por : OSCAR RIVERATuno Pajarito Derecho USMP (para :Revista de Capas y Panderetas)
FUENTES:
J. Fuentes y Ponte, “Murcia que se fué”, Madrid 1872
Roberto Martínez Del Río, "La Supervivencia Del Estudiante Pobre En El Antiguo Régimen: Correr La Tuna ". Rafael Asencio Gonzalez, "Tradiciones Universitarias En El Antiguo Régimen: "Antiqui Mores Serventur".
Raimundo Gómez Blasi, "Lírica Unversitaria: Aproximación A Los Cantos De Escolar".
Félix Martín Martínez, Historiador Del Arte Y Ex Decano De La Tuna Universitaria De Oviedo.
Historia De La Tuna Compostelana - Tuna Universitaria De Santiago De Compostela
José Manuel Sendra Mengual "Cabezón" Tuna De Aparejadores De Valencia
Historia – Tuna de Medicina de Murcia